Las rocas son testigos silenciosos de la historia de la humanidad, han permanecido en nuestro mundo por siglos. Múltiples agentes erosivos las han esculpido, moldeando su presencia hasta alcanzar la forma que abrazan hoy. En su lento devenir, continuarán transformándose. Reflejados en ellas, nosotros, los seres humanos, también llevamos las huellas de un viaje incesante. Cada experiencia, cada elección y cada acción, han sido escultores de nuestra esencia. ¿Cuántas historias se entrelazan en nuestra existencia? Aún nos queda mucho por evolucionar. Estas piezas son una invitación a la introspección. Cada obra tiene el propósito de invitar al observador a explorar la esencia que hay en su interior, a revivir su trayectoria. Al estar frente a frente a la pintura, lo convoca a descifrar las enseñanzas de su alma, a agradecer su camino recorrido y a avanzar en su crecimiento personal.